No sabemos quién está asesorando a Mesut Özil pero el que lo está haciendo no le quiere ningún bien al jugador alemán. Su equipo perdía este fin de semana en el partido 1.000 de Arsene Wenger al frente del Arsenal por 6-0 ante el Chelsea de José Mourinho y el futbolista alemán, que no jugó ya que sigue lesionado, no tuvo otra cosa que hacer a la finalización del partido que irse de fiesta.
Esta fiesta a la que la directiva le advirtió que no fuera tras la dolorosa derrota era la fiesta de cumpleaños de su novia Mandy Capristo, que tampoco le debe querer mucho ya que ella misma subió las fotos a Instagram con su novio de celebración el mismo día del set del Chelsea a su equipo.
El futbolista ha bajado su nivel en los últimos meses de manera preocupante, la afición le increpa por su poca implicación, la prensa no le perdona ni un fallo y el futbolista alemán se muestra más que errático fuera del terreno de juego. No sabemos qué sucederá con Özil, lo que está claro es que necesita darle la vuelta a la situación, dejarse recomendar por gente que le quiera más, quizás hasta cambiar de novia, pero lo que está claro es que debe darle la vuelta en el terreno de juego donde hace tiempo que no demuestra el nivel de aquel jugador que entusiasmaba en ocasiones al Santiago Bernabéu.
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