Después de tantos años saboreando las mieles del triunfo, debe ser complicado salir a dar la cara en una noche como la del martes. Por eso, desde el barcelonismo había un discurso aprendido para salir del paso, el cual iba enfocado a minusvalorar la Copa y a deslizar los supuestos errores del colegiado.
En los próximos días el club culé va a seguir una estrategia para intentar disimular el escozor que les ha producido la derrota más humillante ante el Madrid de los últimos tiempos. Un soberano baño que el capitán Xavi Hernández intentó tapar minimizando lo ocurrido, a fuerza de restarle importante al título perdido. "No pasa nada, es un título perdido, el menos importante de la temporada" comentó el centrocampista. Y es que parece que anoche ya no tenía ganas de hablar de la moderna versión de "los Lakers de los 80".
Por su parte, el presidente Sandro Rosell habló para las cámaras de Canal+ y quedó bastante retratado al comentar que "yo no hablo de árbitros" para posteriormente señalar que "el penalti a Cristiano fue muy claro, pero hubo otros que no se pitaron. Nuestro entrenador solo dio estadísticas sobre el colegiado". Mientras tanto, su entrenador Jordi Roura no quiso admitir la tremenda superioridad merengue y afirmó que "no creo que el Madrid haya sido tan superior. Es cierto que en momentos puntuales y jugadas aisladas fue muy efectivo".
Una línea que Cesc Fábregas perpetuó al hacer también unas declaraciones bastante sorprendentes. "El Madrid nos marcó dos goles en momentos importantes del partido. Cada vez que estuvimos a punto de marcar anotaron ellos. Lo hicieron con dos balonazos que enviaron al ataque y allí son letales" afirmó. Unas palabras que se pueden interpretar como que la suerte estuvo del lado merengue. Una vez más, todo un ejemplo de 'humildad' culé...
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