Si Pedro Rodríguez escenificó la hipocresía culé en la zona mixta de San Siro tras la derrota del Barça ante el Milan, el caso de Dani Alves no se queda atrás. El brasileño hizo gala de la doble moral culé con sus palabras tras el choque y su actitud durante el mismo, evidenciando que esos valores que promulga el barcelonismo quedan en nada cuando las cosas no salen como ellos esperan.
Alves, como prácticamente todo el equipo azulgrana, protestó ostensiblemente al colegiado en la jugada del primer gol del partido, en la que Boateng marcó tras una supuesta mano de Zatapa, ya que queda por dilucidar si el jugador del Milan tuvo voluntariedad en su acción o no. Sin embargo y como suele ser habitual, el brasileño fue de los que más airadamente protestó la decisión arbitral de conceder el tanto.
Más tarde, preguntado por la prensa, Alves se iba a poner en evidencia a sí mismo. Si bien Pedro "rajó" contra el árbitro por la jugada del 1-0 y también por un supuesto penalti que le hicieron dentro del área italiana, el lateral, cuestionado por la acción del primer tanto, dijo: "no puedo opinar de esta jugada porque no la vi".
Entonces, si no vio la jugada, ¿por qué la protestó tanto en el campo? Un clarísimo ejemplo de que el teatrerismo está inculcado en los futbolistas azulgranas, y del que Alves es uno de los máximos exponentes. Por supuesto, este detalle apenas ha trascendido estos días, pero desde aquí ya nos encargamos de contarlo para que todos lo tengan claro: No hay que hacer caso a Alves cuando critica al Madrid por falta de valores.
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